Felicidad. Una emoción. Un estado de vida. Una sensación ligada a algo, o a alguien…
Vivimos obsesionados por ser felices.
Por encontrar aquello que nos hará libres y sentir esa ansiada quimera. Una vida feliz, libre de preocupaciones, de conflictos. Donde casi casi sea todo perfecto. Nos movemos en una sociedad que nos empuja a ser felices. Qué nos vende que es necesario serlo.
Pero yo creo, que la felicidad depende del sentido que cada uno de nosotros le damos a nuestra vida.
Hemos sustituido el sentido de nuestra vida por sensaciones, comida, redes sociales, ropa…
Siento que esa sensación de felicidad, está en conectar con las cosas pequeñas que ocurren cada día en mi vida.
Es obligado por tanto, enseñar a los niños y niñas a conectar con ellos mismos. Desde la esencia de lo que sienten. El papel de las emociones en sus vidas, en las nuestras, tiene un infinito peso, una gran importancia. No es que conociendo sus emociones serán felices, no…
Es que la felicidad estará en ellos, dando un sentido a sus vidas desde lo que sienten. Conectar con lo bueno que pasa cada día, y gestionar lo «malo» de la mejor manera posible.
Y en LaCasadeB, les enseñamos a eso…a ser y a sentirse.
Gracias.
LaCasadeB